viernes, 25 de enero de 2008

y era la niña, la musa, la brisa,
era constante en su espera callada,
era implacable su esencia en las tardes de ilusa,
eran marañas sus sueños roedores de esferas,
eran ladrones sus ojos, luceros,
era verano e invierno escondida,

sueña la niña con tierras, volcanes,
entierra ilusiones, princesas, sultanes,
sube a la piedra soleada en el bosque,
grita el silencio que llore y que llore,

despierta la niña tirada en el suelo,
abre sus ojos cubiertos de cielo,
sonrie su alma y suprime a la ira,
abre sus alas, despega y domina...

4 comentarios:

Óscar Sejas dijo...

Y a veces se rompen los sueños como un crital, pero hay que encontrar fuerzas para no rendirse.

Me han encantado estos versos que nos regalas. Tienen mucho ritmo, casi podría acompañarlos una melodía.

¿Qué es la música sin poesía? ¿Y la poesía sin música?

Un placer visitarte.

P.D: La canción "La mano de Dios". que tienes en el reproductor, del grupo Tierra Santa, es una mis favoritas.

Unknown dijo...

Qué bello escribes, mi amor... Perdón, estuve unos días un poco ocupado y sin tiempo apenas. Paso sólo un momento para saludar y mandarte un beso,
V.

Navi dijo...

simplemente bellisimo, todavia espero tu carta, jeje, besos.

Gabriel Bornes dijo...

Me parece la descripción de la mezcla perfecta etre sirena y harpía. Me encantaría conocer una mujer así.