y era la niña, la musa, la brisa,
era constante en su espera callada,
era implacable su esencia en las tardes de ilusa,
eran marañas sus sueños roedores de esferas,
eran ladrones sus ojos, luceros,
era verano e invierno escondida,
sueña la niña con tierras, volcanes,
entierra ilusiones, princesas, sultanes,
sube a la piedra soleada en el bosque,
grita el silencio que llore y que llore,
despierta la niña tirada en el suelo,
abre sus ojos cubiertos de cielo,
sonrie su alma y suprime a la ira,
abre sus alas, despega y domina...